Mantiene una línea editorial progresista en aspectos políticos y económicos.
Se mantuvo durante casi un siglo como propiedad de la familia Pinto.
En junio de 1989, el Diario Latino se declaró en quiebra y sus empleados dejaron de recibir sus salarios, por lo que sus trabajadores se organizaron en un cooperativa y asumieron la administración del diario, iniciando así una nueva época, siendo renombrado como Diario Co Latino.
Desde entonces el periódico asumió una línea editorial progresista y se convirtió en un medio escrito que frecuentemente criticó al gobierno del partido conservador Alianza Republicana Nacionalista, además de abrir sus espacios de opinión a representantes de sindicatos, grupos feministas, universitarios e intelectuales.
Desde 2008, existe un semanario denominado Diario Latino, dirigido por Eduardo Vásquez Becker, que no está relacionado con Diario Co Latino y que además mantiene una línea editorial opuesta.
[1] Sin embargo el periódico se sigue distribuyendo mediante su página web en formato pdf.