Diagnóstico virológico

Otras muestras que también sirven para realizar diagnósticos, incluyen las biopsias, el líquido cefalorraquídeo y la sangre seca.

Al realizar un cultivo, las células infectadas manifestarán cambios morfológicos relacionados específicamente con el tipo de virus implicado.

La detección del antígeno viral, en tejidos y fluidos, puede realizarse por medio de la prueba llamada ELISA.

Las técnicas moleculares se usan regularmente para confirmar resultados positivos que arrojan las pruebas serológicas debido a su alta sensibilidad y especificidad.

En algunos casos, las mutaciones específicas que el paciente presenta se analizan para determinar el tratamiento y la susceptibilidad a una futura infección.