La diafasia es una variable sociolingüística determinada por el mutar de la situación en la cual el hablante se encuentra a comunicar: el contexto, los interlocutores, las circunstancias o las finalidades de la comunicación.
La variación diafásica se articula a lo largo de una plancha ideal que va de la máxima formalidad (registro aulico o sostenido) a la máxima informalidad (registro familiar o descuidado): el parlante selecciona el registro lingüístico en función del oyente al que se dirige.
Los demás parámetros que determinan la variación lingüística son: Diastratia y diatopía son variables sociolingüísticas introducidas por el lingüista noruego Leiv Flydal en 1952 y luego asumidos, redefinidos y sistematizados por el lingüista rumano Eugen Coșeriu, que los integró con la diafasia.
[1][2] Estos conceptos se han convertido sobre la base de la diacronía saussuriana.
[3] El concepto de diamesia en cambio fue acuñado por Alberto Mioni.