Diablos de Naiguatá

Los preparativos para su celebración, se inicia con la elaboración de las máscaras, vestimentas y otras indumentarias.

El primer paso, hacer un armazón en alambre con la figura del animal que, con antelación ha escogido el artesano para fabricarla.

El segundo paso es cubrir la estructura metálica con una primera capa de papel periódico, hacerle los ojos y la dentadura, luego al secar se le aplica una segunda capa con papel blanco que permitirá un acabado liso y facilitará un trazado fácil a los pinceles, la cual se lleva a cabo con un pegamento preparado de almidón o una mezcla que es utilizada para fijar papel tapiz.

El tercer y último paso, es pintar la máscara del danzante, preferiblemente con acabados en esmalte que además de darle brillo evita su deterioro inmediato.

La máscara cuenta con un orificio para que el rostro del danzante quede cubierto al colocársela en la cabeza, además posee un manto llamado "saco" adherido a la máscara con hilo fuerte, este forro de tela cubre el rostro mientras ejecutan la danza sujetando al mismo tiempo la máscara pues lleva dentro un "agarradero" hecho de madera para sujetarla con la mano mientras realiza diferentes movimientos con ella.

Por último, las alpargatas, ellas son el calzado que utiliza el Diablo Danzante, a las que en ocasión le agrega una cruz en cada pieza también como protección ante el desafío de imitar al verdadero diablo y agotarle durante el recorrido, intentando como sacrificio hacerle rendir.

Para la festividad de Corpus Christi, cada danzante debe contar con su traje e implementos ya terminados.

El cajero, que se encontrará en la Plaza Bolívar o en los alrededores de la iglesia de Pueblo Arriba, hará el llamado con el toque inicial en el mismo momento que repiquen las campanas, anunciando las doce del mediodía, la hora exacta para iniciar la actividad.

Algunos danzantes optan por hacer penitencia caminando de rodillas desde la cruz hasta la iglesia, es un trayecto que cubre unos treinta metros.

Mientras los Diablos Danzantes de Naiguatá recorren las calles del poblado, se realizan los preparativos de los altares que serán levantados tradicionalmente ornamentados por algunas familias para recibir en la noche la procesión la cual llevará la custodia como representación del Santísimo Sacramento.

En cuanto a la danza, que no posee coreografía alguna ni requiere ensayos previos, es una danza de estilo libre, aunque se realiza en grupo, cada danzante exhibe sus habilidades de manera individual, sin embargo los pasos, el ritmo y sus movimientos son los mismos entre sí, existen algunas formas de expresar la destreza de los danzantes, el Baile del Vaso es uno de ellos, esta representación comienza marcando con el pie y alrededor del vaso los cuatro puntos cardinales en señal de una cruz, además demuestra el balanceo rítmico del cuerpo del danzante en un mismo lugar sobre un objeto fijo, “el vaso”, al concluir tiene su recompensa pues, si durante la muestra de sus pericias sobre el vaso logra concluir satisfactoriamente, se apodera del contenido del mismo cual premio por la hazaña, aquel que derribe el vaso y derrame lo que se encuentre en el envase, obviamente no podrá saborear ese triunfo.

Alrededor de ese huevo y casi a escondidas, se colocan varias monedas para que el danzante, mientras realiza sus movimientos rítmicos en torno al objeto, retire dichas monedas con la punta de las alpargatas con precisos y delicados movimientos que al mismo tiempo cuide no romperlo.

Si ello sucede favorablemente, se apropiará de todas las monedas que haya logrado retirar.

Pablo Roberto Izaguirre (Robin)
Máscara (parte de la indumentaria del danzante)
INDUMENTARIA: Campanario (campanas) y Alpargatas (calzado)
Danza frente a la Iglesia
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