El 4 de septiembre de 1951 China comunista expulsó al nuncio apostólico Antonio Riberi y la Santa Sede continuó reconociendo a la República de China en Taiwán como el legítimo gobierno chino.Todos los misioneros extranjeros fueron expulsados de China comunista en 1952, entre ellos el obispo Stanislas-Gabriel-Henri Baudry.[7] En el período de 1966 a 1976 la Revolución Cultural se ensañó especialmente contra la religión, destruyéndose numerosas iglesias y cesaron todas las actividades religiosas en la diócesis, que pudo reanudar sus operaciones a principios de la década de 1980.[10] Debido a la situación particular de la Iglesia católica en China, la Santa Sede no nombra obispos para las diócesis chinas, que son sedes oficialmente vacantes incluso en presencia de obispos reconocidos por Roma.Posteriormente, las dos fundaciones de Sichuan pasaron a denominarse viceprovincia con el padre José Pedrero como superior.Entre los misioneros en Sichang destaca Juan Campos Rodríguez, que pasó la mayor parte de sus años en China en esa ciudad.