[3] Se consideró que favoreció a su partido en el desempeño del cargo.[4] En 1895 logró la destitución del ministro de exteriores austrohúngaro, el conde Gustav Kalnoky, debido a una disputa en la que Bánffy sostuvo que el legado papal Antonio Agliardi se había inmiscuido en la política interna húngara.[4] Su provincianismo y falta de estilo tampoco le dieron buena imagen entre la clase cultivada húngara.Su sucesor al frente del gobierno, el también liberal Colomán Széll, logró rebajar la tensión política generada durante el gobierno de Bánffy gracias a su carácter conciliador.[5] Las políticas intransigentes con las minorías y la dura oposición a la expansión del movimiento socialista entre los trabajadores urbanos, a los que Tisza deseaba atraer, no eran compartidas por este.[3] convirtiéndose en el dirigente del Nuevo Partido que, junto con Partido Nacional de Albert Apponyi, exigió a Tisza, entonces ya primer ministro, la reforma del ejército común austrohúngaro para hacerlo más magiar.
El conde
Albert Apponyi
, uno de los dirigentes de la Coalición que, junto con Bánffy, logró la derrota electoral de Tisza y mantuvo el pulso con el emperador
Francisco José
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