Desde el año 2014, el grupo terrorista Estado Islámico ha destruido o robado patrimonio cultural en los países de Irak, Siria y Libia.
[1] La premeditada destrucción ha tenido como objetivo diversos lugares de culto y antiguos artefactos históricos.
Aunque Libia, Siria e Irak ratificaron la Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado en 1957, 1958 y 1967, respectivamente,[4] no ha sido ejercida eficazmente.
[5] Entre ellos estaban la mezquita Al-Qubba Husseiniya en Mosul, la mezquita Jawad Husseiniya, el santuario Saad bin Aqil Husseiniya en Tal Afar, el santuario sunita Ahmed al-Rifai, la tumba en el distrito de Mahlabiya y la llamada Tumba de la Chica (Qabr al-Bint) en Mosul.
[5] Se cree que la Tumba de la Chica ―llamada así en honor de una niña que murió con el corazón roto― es la tumba del erudito Ali ibn al-Athir (1160-1233).
[9] En Mosul, Estado Islámico también destruyó varias tumbas con templos construidos sobre ellos.
[3] La destrucción fue llevada a cabo con dispositivos explosivos, pero en algunos casos usaron excavadoras.
Al menos un imam (clérigo musulmán) en Mosul que se oponía a esta order, fue fusilado.
Según fuentes kurdas, cuatro niños murieron cuando la iglesia fue destruida.
Ambas estatuas se originaron a partir del sitio arqueológico Arslan Tash.
Por lo tanto, todos los artefactos destruidos en Mosul son originales, a excepción de cuatro piezas que se hicieron de yeso».
Varias otras estatuas de Palmira, según los informes fueron confiscadas a un contrabandista también fueron destruidos por Estado Islámico.
[43] El ex primer ministro de Irak Nuri al Maliki (1950-) informó que el comité local parlamentario de turismo y antigüedades había «presentado quejas ante la ONU para condenar a todos los crímenes y abusos cometidos por Estado Islámico, incluidos los que afectan a los antiguos lugares de culto».