Los murciélagos vampiro (Desmodontinae) son una subfamilia de quirópteros filostómidos, que se nutren con sangre, rasgo nutricional denominado hematofagia.Las tres especies son nativos de América, extendiéndose desde México a Brasil, Chile, Argentina y Uruguay.El vampiro común también ha desarrollado termorreceptores en su nariz que le permite percibir la radiación infrarroja emitida por las zonas ricas en sangre en sus presas homeotermas y que funciona de forma similar a los receptores infrarrojos de las serpientes.[2][8] Solamente existen otros tres vertebrados que cuentan con la capacidad de percibir la radiación infrarroja, las boas, las pitones y los crótalos.[9] Para alimentarse no absorben la sangre, sino que la beben a lengüetadas.[10] Un vampiro común comienza a arrojar orina dos minutos después de la alimentación.Para levantar vuelo, el murciélago genera un impulso suplementario poniéndose en cuclillas y arrojándose al aire.Si otro día son ellos los que se quedan sin comida, un murciélago más afortunado les devolverá el favor.Para disminuir la incidencia de este problema se desarrolló un veneno específico para los murciélagos y que se aplica en las partes del ganado en las que generalmente muerden los vampiros y que ingieren al alimentarse y transmiten además al resto de la colonia debido a sus hábitos de acicalamiento entre sus individuos.[15] Los «vampiros» no hematófagos reciben ese nombre porque tienen un gran parecido con los auténticos vampiros, pero no se alimentan de sangre; se pueden citar especies como el vampiro espectro (Vampyrum spectrum), que posee una envergadura alar de más de 50 cm y el moharra o vampiro de nariz lanceolada (Phyllostomus hastatus), que recibe ese nombre por una estructura parecida a un apéndice que se ubica en el hocico.Los murciélagos se utilizan a menudo en películas y libros sobre los mitológicos vampiros.