La descentralización del Estado francés es un concepto político en Francia iniciado a finales de los años 1960.
[1][2] La descentralización francés se divide en tres categorías; En esta categoría se encuentran todas las reformas que transfieren competencias y responsabilidades a nuevas instituciones.
Es la categoría que más impacto ha tenido y se base en el principio de subsidiariedad.
Desde 1982 se ha atribuido a las colectividades territoriales (municipios, departamentos y regiones) competencias específicas[3] así como los recursos necesarios para desempeñarlos.
Introdujo el principio de autonomía financiera y reforzó la democracia local directa.