Así mismo, estos mecanismos parecen ser independientes de actividad neuronal y experiencias sensoriales, una vez los axones se extienden, los mecanimos dependientes de actividad entran en juego.
La actividad neuronal y la experiencia sensorial mediarán la formación de nuevas sinapsis y regularan la plasticidad sináptica la cual será responsable del refinamiento de circuitos neuronales nacientes.
[1] A medida que el embrión se desarrolla, la parte anterior del tubo neural forma tres vesículas encefalicas primarias, desde las cuales se originan las regiones anatómicas primarias del cerebro: prosencéfalo, mesencéfalo y rombencéfalo.
Dado que el tubo neural es el origen del cerebro y la médula espinal, mutaciones en este punto del neurodesarrollo, pueden ocasionar deformidades fatales como anencefalia o incapacidades permanentes como espina bífida.
La comunicación sináptica entre neuronas dirige el establecimiento de circuitos neuronales funcionales que median procesamientos sensoriales y motores.
Iniciando en una futura región de cuello, los pliegues neurales de este surco se acercan a la línea media donde se cierran y fusionan para crear el tubo neural.
[4] Tarde en la cuarta semana, la porción anterior del tubo neural se dilata dando origen a tres estructuras (vesículas primarias): el prosencénfalo, el mesencéfalo y el rombencéfalo.
En esta región, la pared del tubo neural consta de células neuroepiteliales, posterior al cierre del tubo neural estas cellulas se diferencian en neuroblastos formando la capa de manto (la cual va a dar origen a la sustancia gris).
En medio de las placas basales y alares se encuentra una capa intermedia, el asta lateral, que contiene neuronas simpáticas del sistema nervioso autonómico.
La migración neuronal es el proceso mediante el cual las neuronas viajan desde su lugar de origen hasta su posición final en el cerebro.
El soma de estas células es transportado a la superficie de la piamadre mediante nucleocinesis, un proceso mediante el cual microtúbulos rodean el núcleo y se elongan o contraen para guiar el núcleo con su centrosoma a su posición final.
[11] La mayoría de interneuronas migran tangencialmente para lograr su localización apropiada en la corteza.
Estos factores se distinguen de metabolitos ubicuos necesarios para crecimiento y mantenimiento celulares por su especificidad.