Hemorragia

Los diferentes tipos de hemorragias se clasifican según su origen anatómico, el tipo de vaso sanguíneo afectado, o la causa que lo originó.

Según la causa[4]​[5]​ que la provoque, puede ser por:[cita requerida] En caso de heridas sangrantes,[6]​[7]​ mantener la calma propia y la del paciente en todo momento, y aplicar el procedimiento de primeros auxilios para hemorragias, que consiste en: Algunas heridas graves requieren cuidados especiales añadidos[6]​ a los habituales, así: Puede conllevar presencia de aire en la cavidad pleural, producida por la entrada de aire desde el exterior (herida torácica, neumotórax abierto), lo que provocaría un dolor intenso y dificultad respiratoria.

Requiere el tratamiento normal para hemorragias, y además: Las complicaciones más frecuentes de una herida perforante en el abdomen son: hemorragia interna, perforación del tubo digestivo, y salida de asas intestinales.

Requiere el tratamiento normal para hemorragias, y además: Requieren el tratamiento normal para hemorragias, y además: Se denomina amputación traumática o desprendimiento traumático a la pérdida de algún miembro, o parte de él, como consecuencia de un traumatismo.

La supervivencia es poco probable cuando el sangrado es superior a un 35-45 % de la volemia.

Hemorragia en un ojo .
Presionar con un tejido limpio es el método habitual para detener la sangre en una hemorragia.
Puntos de papel de mariposa. Colocarlos manteniendo la herida cerrada cuando ya se haya secado, y pegándolos desde un extremo de la tira hacia el otro, como cualquier otra tira. Algunos de estos puntos están hechos para resistir la humedad.
Puntos de presión arterial. Presionar en ellos reduce o interrumpe el paso de corriente sanguínea hacia delante. No interrumpir totalmente el paso de sangre hacia la cabeza.
Herida sangrante