Depresión térmica

Estas depresiones se generan como resultado del intenso calor comparado con el entorno que las rodea.

[1]​ En tierra firme, debido a la radiación solar, tiene lugar un rápido e intenso calentamiento de las capas inferiores de la atmósfera, cuyo aire se hace menos denso que el aire frío circundante.

Las áreas elevadas pueden acentuar la fuerza de una depresión térmica, ya que se calientan más rápidamente que la atmósfera circundante a la misma altitud.

Estas depresiones suelen tener circulaciones débiles y pueden extenderse hasta alturas de 3100 metros.

Asimismo, su desarrollo tierra adentro favorece la formación de brisas marinas, y, cuando estas brisas interactúan con una topografía accidentada cerca de la costa, pueden contribuir a la mala calidad del aire.