Su bajísima densidad poblacional por km² y sus rigurosas características han hecho que estas tierras sean conocidas como el desierto mendocino.
Sus viviendas eran tiendas construidas con ramas atadas en esteras al igual que el techo.
En cuanto a la organización social vivían en pequeños grupos bajo la jefatura política o dominio del cacique.
Los primeros conquistadores españoles se establecieron en las tierras ubicadas al margen del arroyo Tulumaya.
La Doctrina de Lagunas de Huanacache quedó establecida en el año 1610 a cargo del padre Domingo Benítez, donde se levantó una capilla, constituyendo el primer asentamiento poblacional importante del departamento.
Su recuerdo aún perdura en los antiguos habitantes lugareños, pues contribuyó a engrandecer la economía provincial, aunque curiosamente no hay sitio público que le recuerde, ni calle conmemorativa en este departamento.
En época de invierno se registran temperaturas muy bajas con fuertes heladas más frías.
En la actualidad, la importancia de este aparato hidrográfico es meramente política, ya que funciona como límite administrativo entre Mendoza y San Luis.
El desarrollo económico del departamento de Lavalle se basa en su producción agropecuaria.
De acuerdo a las condiciones del clima, este departamento presenta ventajosas e inmejorables posibilidades para desarrollar proyectos agrícolas exitosos.
Las que mejor se desarrollan son: ajo, cebolla, melón, sandía y tomate.
Las especies cultivadas más importantes y que mejor se adaptan son: ciruelos, peras, duraznos, membrillos, damascos.
El total de las tierras forestadas abarca unas 1.652 hectáreas, la principal especie, el álamo, se destina a la venta de madera, en menor medida a formar cortinas contra el viento en explotaciones agrícolas.
Se puede dividir en dos zonas ganaderas bien diferenciadas: Cuenta con dos zonas distintas para producir miel: El turismo rural de Lavalle invita a degustar comidas típicas y admirar bellos paisajes propios del secano.