Mientras intentaba colocar un ladrillo alrededor del ensamble, lo dejó caer accidentalmente en el núcleo, lo cual convirtió a éste en una masa supercrítica.
La mano de Slotin portaba un destornillador que separaba los hemisferios teniéndolos parcialmente cerrados.
Repentinamente el destornillador resbaló, los hemisferios se cerraron completamente y el núcleo alcanzó el nivel supercrítico, liberando una alta dosis de radiación.
Slotin separó rápidamente las dos mitades, deteniendo la reacción en cadena y salvando inmediatamente las vidas del resto de los científicos en el laboratorio.
Se consideró la posibilidad de usar el núcleo del demonio en otra bomba atómica contra Japón.