Demetrio Aguilera Malta

Luego continuaría sus estudios en literatura, como becado por el Ministerio de Educación del Ecuador, en Madrid, justo antes de que estallara la Guerra civil española. Se vincularía al servicio público en 1937 cuando se llevó a cabo la dictadura del general Alberto Enríquez Gallo, quien de orientación socialista llamaría a las personas afines a colaborar.

Durante esta época publicaría una revista de Arte, Literatura e Historia titulada “Trópico”, junto a los autores Rafael Euclides Silva, Nicolás Delgado y Leonardo Tejada.

Trabajó en los periódicos La Prensa y El Telégrafo, de Guayaquil, donde mantuvo muchos contactos con políticos socialistas.

Sus últimos años se vieron caracterizados por la diabetes, enfermedad que padecía de antemano y la ceguera que empezó a sufrir desde comienzos de los ochenta y fue afectando poco a poco su carrera.

Porque cuando la muerte llegue, ya no tendré conciencia para darme cuenta de ello.

Su afición por el teatro nación desde la infancia cuando leyó "El Gran Caballero" una obra de teatro representada en Madrid por su bisabuelo español Juan José de Malta y Salcedo, que en vida había sido dramaturgo y periodista.

Esta se desarrollaba como un drama panfletario, que lo había escrito en prosa, e incluía además versos romances influidos por García Lorca.

Sus protagonistas generalmente tienden al altruismo, con tintes políticos y revolucionarios, a partir de lo cual se restituye al individuo la dignidad. Sus publicaciones fueron incluidas en los libros Trilogía ecuatoriana, así como en Teatro completo en 1970. Es uno de los autores importantes dentro del teatro ecuatoriano, a pesar de las limitaciones que dicho género tuvo para su desarrollo en ese país.

Este período, incluye sus dramas: España leal (1938), El sátiro encadenado (1939), Carbón (1939), Campeonatomanía (1939), Lázaro (1941), Sangre azul (1946), El pirata fantasma (1946) y No bastan los átomos (1954).

Aquí Aguilera Malta ensaya la comedia ligera, el drama serio, matiza los regionalismos ambientales y sociales.

Se destacan los dramas Lázaro y España Leal. A partir de esto, Aguilera Malta buscaría explorar nuevos rumbos estilísticos.

Ahí contrasta un cabaret centroamericano de administración y clientela blanca con los músicos negros que allí interpretaban.

La expresión de los personajes está caracterizado por sugerencias subjetivas que se desarrollan en lo extremo y excepcional.

En honor a su carrera literaria fue premiado con las siguientes distinciones: Aguilera Malta filmó en 1954 cuatro documentales para promocionar el Ecuador por encargo del Ministerio de Obras Públicas.

España Leal