Demónax

siglo II d. C.) fue un filósofo de Grecia, residente en Atenas, ciudad del Imperio romano.

[1]​ Demónax era de familia opulenta, pero abandonó sus riquezas para dedicarse con libertad a la filosofía.

[3]​ No se adhería a una escuela filosófica en especial,[4]​ pero sus más fuertes influencias eran Sócrates, Diógenes el Perro y Aristipo.

Consideraba que la felicidad consistía en la libertad, y que solamente era libre aquel que ni teme ni espera, porque todas las cosas humanas «no son dignas de miedo ni de esperanza, pues todas, agradables o molestas, son, sin excepción, caducas».

[16]​ Recibió magníficos honores fúnebres a cargo de la República, por disposición del pueblo, y la piedra en la que se sentaba pasó a ser considerada sagrada.

El cráter nombrado en 1935 en memoria de Demónax.