Luciano de Samósata (en griego antiguo: Λουκιανὸς ὁ Σαμοσατεύς, Lukianós ho Samosateús; en latín: Lucianus; Samósata, Siria, 125-181) fue un escritor sirio en lengua griega, uno de los primeros humoristas, perteneciente a la llamada segunda sofística.
[2] Ejerció de abogado en Antioquía, pero, no estando acostumbrado a la vida sedentaria, se dedicó a la sofística y recorrió el Mediterráneo durante el reinado del emperador romano Marco Aurelio ofreciendo conferencias, que sepamos, por toda Grecia, Italia y la Galia que le fueron muy bien retribuidas; es muy posible que enseñara retórica en algún lugar del imperio romano.
Llevó a cabo lecturas de sus obras en ciudades helénicas como Éfeso y Corinto.
En el 167 asistió por cuarta vez a los Juegos Olímpicos, donde presenció el suicidio en la hoguera del filósofo cínico Peregrino Proteo, quien, expulsado de Roma por insolencia y subversión, había anunciado que se echaría a las llamas en Olimpia.
Se conserva casi toda su obra en prosa, el Corpus Lucianeum, alrededor de 82 opúsculos de temática muy variada entre los cuales acaso una decena son apócrifos o espurios: Lucio o El asno,[8] Elogio de Demóstenes (Δημοσθένους Ἐγκώμιον; en latín, Demosthenis Encomium), Tragopodagra,[9] Epigramas,[10] Sobre la diosa siria,[11] Caridemo (Χαρίδημος ἢ Περὶ Κάλλους; en latín, Charidemus), Amores,[12] Los longevos,[13] El patriota, Cartas (Ἐπιστολαί; en latín, Epistulae), Timarión (Τιμαρίων ἢ Περὶ τῶν κατ' αὐτὸν Παθημάτων; en latín, Timarion).
Algunos añaden además Sobre la astrología, Hipias o El baño[14] y Nerón (Νέρων; en latín, Nero).
La producción crítica de Luciano va más allá del diálogo, y abarca muchísimas formas.
En contraposición a los estafadores, Luciano escribió como vidas ejemplares las de Sóstrato (perdida) y Demónax.
Cuando Menipo decide volar hasta el Sol, los dioses, airados por su atrevimiento, le roban las alas.