Cada entidad federativa del país tiene asignada una delegación, la cual está adscrita a la Secretaría de Bienestar.
Las 32 delegaciones son coordinadas por el Coordinador General de Programas para el Desarrollo, el cual está bajo el mando directo del presidente de la república.
El objetivo del proyecto era concentrar todas las delegaciones regionales de las dependencias federales en un único mando por estado.
Consideraban que tener un único delegado estatal que concentrara todas las atribuciones del ejecutivo federal debilitaría el poder de los gobernadores.
[3] Igualmente se cuestionó que en la lista de coordinadores estatales se incluyera a excandidatos a gobernadores.