La exitosa defensa de los almacenes fue un consuelo moral para el ejército chino, y el pueblo en general, los cuales estaban muy afectados por la invasión japonesa a Shanghái.
En sus propias palabras, "Cuanta gente nosotros sacrifiquemos no hará la diferencia; de todos modos se alcanzaría el mismo objetivo.
"[2] La propuesta era entonces que solo un regimiento de la división defendiera uno o dos posiciones fortificada, y Gu aprobó el plan.
Allí en el cuartel, Sun decide que aún un regimiento completo podría ser un terrible desperdicio de vidas y opta por movilizar un pequeño batallón.
Xie Jinyuan, un comandante relativamente nuevo de la 88.ª División, se ofrece como voluntario para dirigir este grupo.