La comprobación de la existencia de sexualidad en las plantas fue un descubrimiento científico fundamental, no solo para la Botánica, sino para toda la Biología, ya que demostró la existencia de fenómenos fisiológicos comunes a las plantas y a los animales.
Así, describió la estructura básica de ese órgano en diferentes familias de plantas y, en particular, prestó especial atención al polen producido por las anteras y al pistilo, que lleva los óvulos.
A través de sus observaciones de flores hermafroditas y aquellas que producen las especies dioicas, Camerarius razonó que en estas últimas especies en las que las anteras y los pistilos se hallan separados, el polen debía ser transportado desde las anteras hasta el pistilo para que se produzcan las semillas.
Dedujo, además, que las especies dioicas eran los organismos adecuados para poder comprobar su hipótesis.
Este trabajo tuvo gran trascendencia ya que puso en evidencia el carácter sexual de las flores, órganos que a partir de entonces adquirirían gran importancia como criterio en la clasificación de las plantas.