Posteriormente pasó a otros lugares, muy probablemente relacionada con el sacrificio y los cultos de la fertilidad.
Si los espectadores aplauden alguno de los voladores dobla las piernas y se toca los pies con las manos, siendo esta una maniobra muy difícil que solo puede durar unos segundos, en raras ocasiones algunos danzantes haciendo muestra de gran valentía se atreven a lanzarse sin amarre alguno en la cintura, hacen un círculo con el lazo a manera que no se desate e introducen solamente una pierna, ésta es una maniobra muy peligrosa, lo hacen con el fin de innovar y distinguirse de los demás grupos.
En el rito del corte, primero se hace una ceremonia para pedir perdón al bosque por tomar la vida de uno de sus seres y se le ofrecen ofrendas mientras los danzantes bailan alrededor del árbol.
El rito de los voladores continúa siendo una tradición viva y relevante en la cultura mexicana.
Por otra parte, esta danza ha sido juzgada como un “juego” prehispánico, siendo que es un ritual sin carácter lúdico.
Esta danza también se practica en Guatemala, en el departamento del Quiché, en Chichicastenango y Joyabaj, entre otros.
El ritual de los voladores inició como una ceremonia en la época prehispánica, que tenía que ver con un rito orientado a pedir lluvia debido a un periodo largo de sequía, el rito en aquellos tiempos no se iniciaba aventándose al vacío, si no con la selección del “palo volador” se internaban en busca del más alto, se danzaba en torno a él y se realizaba toda una serie de pasos para llevarlo al lugar en donde lo colocarían, un dato curioso es que las mujeres tenían prohibido tocarlo ya que era una señal de mal augurio.
El rojo representa la vida y la energía, mientras que los flecos pueden simbolizar las plumas de las aves.
Cada componente de la vestimenta tiene un significado profundo que refuerza la conexión del ritual con la naturaleza y el universo.
La combinación de estos elementos busca armonizar al ser humano con el cosmos y rendir homenaje a las deidades ancestrales.
Los bordados y adornos son realizados a mano, incorporando símbolos tradicionales que reflejan la identidad cultural de la comunidad.
Este músico utiliza dos instrumentos tradicionales: una flauta de carrizo y un pequeño tambor.
La combinación de ambos instrumentos crea una melodía que evoca la conexión entre el cielo y la tierra.
Los instrumentos son elaborados con materiales obtenidos en su mayoría del entorno natural de la región.
Hay caporales ya retirados que solo se dedican a la construcción de instrumentos musicales para vender como artesanías, aunque también construyen instrumentos para otros caporales activos que no tienen el tiempo o el conocimiento para construir los propios.