Su estadía romana coincidió con la preparación y con los dos primeros periodos del Concilio Vaticano II.
En 1964 se ordena sacerdote sacerdotal y recibe destino a la Argentina.
En 1976 inauguró en una vivienda prefabricada la capilla que con el tiempo se convertiría en la parroquia Nuestra Señora de Caacupé.
[4] Integró el primer grupo de curas villeros de Buenos Aires junto a Carlos Mugica, Eduardo Jorge Goñi, Héctor Botán, Miguel Ángel Valle, José María Meisegeier, Rodolfo Ricciardelli, Jorge Vernazza y el capuchino Pedro Lepphaille.
Diez años después sus restos fueron trasladados a la parroquia que había fundado en la Villa 21, donde descansan desde entonces.