Apasionado por los autos, su debut como acompañante de Fangio tuvo lugar en 1947, y con éxito.
Cuando la victoria era segura, recorrieron el último tramo Bovril/Paraná a la elevada media de 142,86 Km/h.
Óscar Gálvez, 100 m por detrás, habiéndose advertido el accidente pero se sale sobre la cuneta opuesta, volcando a su vez.
Luego Gálvez ayudaría a salir a Fangio del coche y luego de cerciorarse de que no sufre lesiones importantes, seguirá la prueba tras reparar una rueda reventada.
A Juan Manuel, que está herido en el rostro y las piernas, se le cura y hospitaliza, siendo velado por Montes, mientras a Daniel Urrutia se le intenta reducir la fractura de cráneo.
Incluso llegó a participar en La Mille Miglia 1956 en solitario, sin el casi imprescindible copiloto-navegante.
Estaba casado e iba a ser padre de un varón, el cual heredó su vocación.