Por entonces publicó algunos poemas que atrajeron la atención del poeta español Juan Ramón Jiménez.
Asimismo, revisó, para su reedición, Erasmo y España (del hispanista Marcel Bataillon, su maestro).
Como poeta completó una luenga trayectoria, por más que fuese harto remiso a hacer circular sus versos fuera de su círculo más íntimo, publicándolas en ediciones ignotas de cortísima tirada; entre otros de sus poemarios, destacan Tres canciones (1938), Canciones contra mudanza (1945), Fragmentos de los cánticos (1953, último libro publicado en Argentina) y Consonancia (1963).
Como ensayista se dedicó en especial al estudio de la historia musical y la literatura argentina, por ejemplo en La música.
También elaboró una bibliografía sobre don Juan Manuel que es más bien un repertorio sobre cuentística medieval.