Divide y vencerás
En este sentido, suele ser estrategia de muchos gobiernos intentar generar controversias y problemas en la oposición, el fragmentarla en bloques diferentes que se enfrenten entre sí.Este escenario facilitaría un triunfo del Gobierno que se presenta como una única coalición electoral, ya que no divide sus votos (aglutinando todos los votos de filiación oficialista) y así termina obteniendo el triunfo por ser primera minoría.[1][2] Incluso puede llegar a usarse para obtener una victoria más abultada en los comicios y poder así establecer una hegemonía o dominio político.[5] En resumidas cuentas, la técnica permite a un poder central, que puede ser un gobierno despótico, o una gobernación colonial-imperialista, compuesta por un número relativamente pequeño, gobernar y dominar a una población mucho más numerosa, y de una forma relativamente simple.[6][7] La característica típica de esta técnica, consiste pues en crear o alimentar disputas y controversias entre las facciones originales.