La cultura sirvió como instrumento para la consolidación del poder político y la construcción de una identidad colectiva soviética.
Con la llegada de los bolcheviques al poder, no se logró atraer a tantos manifestantes como en febrero.
El movimiento liderado por Vladimir Ilʹich Lenin buscó imponer la La Internacional como nuevo himno revolucionario dejando atrás la Marsellesa ya que se consideraba a esta como símbolo burgués de la revolución y hacía referencia a un poder “imperialista”.
[2]Al hacerse con el poder, los bolcheviques heredaron símbolos revolucionarios atractivos para las masas; símbolos como la bandera roja, que antes había compartido toda la izquierda, pero que ahora sería utilizada para legitimar el régimen bolchevique como único heredero y defensor de la revolución.
En la Primera Conferencia sobre Cine en 1928, cuando el partido comunista impone una forma única de contribuir a la producción cinematográfica y se exigen películas que promuevan el apoyo al partido y movilicen a las masas, se solicita eliminar las escenas de Trotsky en el filme Octubre.
Cabe destacar que, si bien algunas migraciones se dieron por voluntad propia, muchos artistas fueron expulsados de Rusia.
Además, querían que la producción misma del arte fuera proletaria y siguiera los valores del bolchevismo; pretendieron, así, instaurar una cultura proletaria desligada de cualquier relación con las clases explotadoras.
Sentía rechazo hacia las vanguardias, los nuevos "ismos" (futurismo, expresionismo) y quería que el arte fuera conservado de la forma tradicional, sin embargo, no hizo nada para disuadir a la difusión del futurismo en Rusia.
Los escritores comunistas Maksim Gorki y Vladímir Mayakovski fueron activos durante este tiempo, pero otros autores, que muchas de sus obras fueron reprimidas más tarde, publicaron trabajos que carecían de contenido político socialista.
En medio de las discusiones artísticas y estéticas, se dio pie al Constructivismo, una vanguardia, constituida por arquitectos, teóricos del arte, escultores y pintores, que sostenía la necesidad de crear arte útil.
Se instaló en Rusia la noción de un nuevo artista-ingeniero o artista-constructor que debía reunir tanto capacidad y talento artísticos, como conocimientos técnicos.
Al mismo tiempo, el Estado amplió el sistema escolar primario y secundario e introdujo las escuelas nocturnas para los adultos que trabajaban.
El Estado legalizó el aborto, e hizo que el divorcio fuera progresivamente más fácil de obtener.
Es una visión casi imperial, centrada en el dominio del espacio geográfico y el ambiente natural.
En el período estalinista, se promovió la idea de que todos podían ser héroes, incluso las personas comunes.
A esta figura de la nueva era se la caracterizó por ser grande, audaz, fuerte y trabajadora.
Los héroes individuales o arquetípicos eran reconocidos por lograr lo imposible, por haber permitido el progreso en la Unión Soviética.
A la vez, se buscaba cumplir con una misión civiliza-dora sobre los habitantes atrasados de la Unión Soviética.
Para ello, se consideró necesario cambiarlo todo; calles, casas, ciudades, el orden social e incluso las almas humanas.
Las artes durante el gobierno de Iósif Stalin se caracterizaron por el aumento y la dominación del estilo impuesto por el gobierno del realismo socialista, con el resto de las tendencias siendo severamente reprimidas y con raras excepciones (como por ejemplo, muchas obras notables de Mijaíl Bulgákov - sin embargo, su obra completa El maestro y Margarita fue publicada únicamente en 1966).
Muchos escritores fueron duramente reprimidos por el estalinismo, siendo ejemplos, Osip Mandelshtam, Isaak Bábel y Borís Pilniak.
Andréi Platónov debió trabajar como vigilante y no se le permitió publicar.
Sin embargo, el compositor nativo de baladas populares Vladímir Vysotski, fue muy popular en la Unión Soviética y se le negó el reconocimiento oficial por sus letras iconoclastas.
Sin embargo, si los grupos pueden actuar sin dificultad mientras sus miembros sean estudiantes, una vez terminada la época universitaria se impone una elección: un estatuto oficial -el de "conjunto vocal e instrumental" que debe obtener una autorización para cada una de sus canciones-, o la underground, donde las grabaciones en casetes de audio se producen libremente y se distribuyen en una relativa clandestinidad.
El Leningrad Rock-Club se convertirá en un lugar esencial para el desarrollo de la música rock en el país.