Como muchas cuevas, se debe a la geología calcárea de la zona,[1] que genera oquedades donde el agua ha disuelto el mineral.
El espacio también es refugio para algunos reptiles como la serpiente Hemorrhois hippocrepis[4] y la lagartija Acanthodactylus erythrurus,[1] e invertebrados, habiéndose descubierto una nueva especie de diplura en la cueva.
Se han realizado igualmente estudios herpetológicos en la cueva.
Con apenas 0.03 Ha,[3] es el espacio natural protegido más pequeño de Aragón.
Tiene igualmente una larga tradición de espeleología entre los grupos regionales.