[8] El utensilio isleño se distingue por tener un elaborado «cabo» (mango) fusiforme que puede estar decorado con líneas, figuras geométricas, motivos florales, dameros, etc.
Este está rematado en ambos extremos por «casquillos» metálicos troncocónicos con o sin decoraciones, que refuerzan la empuñadura y la estabilidad de la «espiga».
[10] Por tradición, el instrumento viene acompañado de una «vaina» (funda) en piel, cuya función principal era la seguridad del portador en las diferentes tareas agropecuarias.
En primer lugar porque podría tratarse de una hoja diferente a la original, sustituida por otra como consecuencia del desgaste y en segundo lugar, porque en caso de que el cuchillo conservase su hoja original, esta podría haber sido comprada a un herrero que no tendría por qué coincidir con quien hizo el cabo, es decir el cuchillero, encabador o cabero.
[10] Entre las características diferenciadoras del cuchillo canario se encuentra la flexible y delgada hoja lanceolada intercambiable, midiendo su pete unos dos o tres milímetros junto al colchón, para ir disminuyendo progresivamente en grosor hasta llegar a cero en la punta.
Sin embargo, estudios recientes han demostrado que cuchillos catalogados como albaceteños en determinados museos, en realidad provenían de Málaga.
[15] El cuchillo típico español se hacía en Toledo y Albacete, pero también en Andalucía, concretamente en Tolox (Málaga).
Este último presenta similitudes con el cuchillo canario, tales como hoja triangular de un solo filo, colchón, espiga, casquillos y cabo fusiforme.
Estas modificaciones, que comenzaron a producirse al final de la primera década del siglo XX, se han mantenido hasta la actualidad.
Históricamente, el útil de trabajo siempre ha estado vinculado al mundo rural grancanario, donde era utilizado por los hombres en la agricultura y la ganadería.
",[31] estaba dedicada a este bien del patrimonio histórico, cultural, artesanal y etnográfico de Gran Canaria.
Pese a su importancia como símbolo de identidad insular no existe ningún museo dedicado al mismo en su isla natal.
Es muy diversa, entre los motivos decorativos más comunes están: la cruzada, cuadrado, damero, derecha, espiga, espinilla, flores, jabar, malla, ojo de gallo, rallado, etc.
Una vez finalizada la decoración de las piezas se procede al: No existe una clasificación tipológica única y esta puede variar según el investigador.