«No podemos salvar nuestra propia piel cerrando los ojos al destino de otras naciones», añadió.
Y concluyó con una frase que tendría una enorme repercusión: «Debemos ser el gran arsenal de la democracia».
En un plano más inmediato e interno, el discurso sirvió a Roosevelt para preparar al Congreso y a la nación sobre la necesidad de la futura guerra, definiendo las metas ideológicas del inminente conflicto armado contra las potencias totalitarias y apelando al profundo sentimiento de libertad del pueblo americano.
[13] En todo caso, los carteles fueron colocados masivamente en escuelas, oficinas de correos, estaciones y todo tipo de edificios públicos y semipúblicos, convirtiendo la serie en la obra más conocida del muy popular autor.
[18] Rockwell no fue el único artista estadounidense que se sintió inspirado por el discurso de Rossevelt.
Aunque el edificio resulta destruido en la ficción en 1998 y es sustituido por otro en el mismo lugar que ya no lleva ese nombre, han aparecido referencias ocasionales posteriores al Four Freedoms Plaza como dirección alternativa del hoy llamado Baxter Building.