Durante el funeral, Saku se fija en Aki, y aunque se conocían de clase, nunca habían hablado más allá del aula pese a vivir en una ciudad pequeña, ya que el padre de Aki es muy estricto respecto a los estudios, y no deja que apenas salga con amigos.
Saku se disculpa y empiezan intercambiar mensajes largos mediante cintas de casete.
Ritsuko entrega las fotos a Aki en el hospital, quién está cautivada por ellas, y Saku la promete que algún día visitarán Uluru.
Entretanto, Aki consigue salir fuera del hospital con Saku para hacerse fotos para el pasaporte en la tienda de Shigezou.
Sin embargo, la condición de Aki empeora, pierde su cabello, y es trasladada a una habitación esterilizada.
En estos momentos, aunque ya no pueden ni siquiera tocarse, Saku la pide casarse a ella.
Más tarde, Saku se reúne con Ritsuko en el aeropuerto, donde todos los vuelos están siendo cancelados debido al tifón.