Cruzada Nacional de Alfabetización

A estos reconocimientos se unieron el Premio a la Post Alfabetización, el Premio al Proyecto de Alfabetización en Ciudad Sandino, el Premio al Proyecto de Alfabetización del Vicariato de Bluefields.La Revolución generó su propia pedagogía con su propio material didáctico y filosofía, razón por la cual posteriormente se creó una discusión sobre el contenido del material didáctico (folletos de lectura, manuales, textos, etc.) surgiendo acusaciones por parte de algunos sectores de «politizar» el aprendizaje del alfabetizado.[cita requerida] Estas acusaciones son en cierta medida discutibles aun hoy en día.Si bien es cierto que gran parte del material contenía un fuerte contenido político-ideológico, lo cierto es que el alfabetizador no necesariamente era militante activo de él, o siquiera relacionado al gobierno sandinista (aunque en la mayoría de los casos quizá sí), por lo que la «persuasión» política a la que el alfabetizado pudo haber estado expuesto más allá de los libros de texto generalmente resultaba mínima.[4]​ Se llevó a cabo una nueva Campaña Nacional de Alfabetización con el objetivo de reducir el índice de analfabetismo a menos del 5% entrando en los parámetros que establece la UNESCO, logrando una base educacional que permita a los ciudadanos el desarrollo como persona y contribuyendo el crecimiento económico y la reducción de la pobreza.Dentro de la campaña se brindo especial atención a las comunidades indígenas de la Costa Caribe atendiendo sus raíces culturales y lingüísticas, alfabetizando en misquito, sumo o mayangna e inglés criollo o creole.A estos reconocimientos se unieron los siguientes: En 2006, el éxito del programa «Yo sí puedo» en Nicaragua recibió el premio internacional Mestres 68 de la Universidad de Gerona (España).