Se pueden emplear, al igual que en la GC, las columnas capilares o de relleno, prefiriéndose las primeras.
La película interna es de siloxano entrelazado y polimerizado.
En este caso, el recubrimiento es parecido al empleado en HPLC de reparto.
La fase móvil estrella en la SFC es el dióxido de carbono, por sus excelentes propiedades: El CO2 tiene la ventaja de que se puede obtener fácilmente como fluido supercrítico.
La SFC se aplica a una gran variedad de compuestos, entre los que podemos citar drogas, alimentos, herbicidas, tensioactivos, polímeros y aditivos para éstos, impelentes, explosivos o combustibles fósiles.