Cristo del Desamparo

En 1644 muere don Juan, habiendo legado al citado convento la imagen mediante su testamento otorgado el 14 de septiembre del mismo año.

[4]​ La imagen es colocada en 1647 en la capilla[5]​ mandada realizar por don Francisco de Sardeneta o Sardaneta y Mendoza, caballerizo del Rey y regidor de Madrid y su hermana doña Juana.

El autor utilizó únicamente pintura para la sangre de la imagen.

Recoge la imagen el momento del desamparo sentido por Cristo en el momento de su muerte en concreto en las tres horas de soledad en la cruz y sus palabras dirigidas a Dios Padre:Llegado el mediodía, la oscuridad cubrió todo el país hasta las tres de la tarde y a esa hora Jesús gritó con voz potente: «Eloí, Eloí, lammá sabactani», que quiere decir: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» Mc 15: 33-34En la 1767 fray Miguel de Jesús María compone un septenario dedicado a esta imagen del Cristo del Desamparo,[9]​ estableciendo lo que luego evolucionaría en la devoción de los siete reviernes.

Esta tradición evolucionará en los siete reviernes, es decir, acudir a rezar ante la imagen durante siete viernes seguidos para pedir una gracia o favor.