Cristo de las Batallas (Ávila)

Según la tradición, estos lo llevaron en su compañía en cuantas batallas libraron contra los moros, de ahí su nombre.

Está realizado en terracota o barro cocido, una técnica habitual en los talleres de escultura de Florencia durante la segunda mitad del siglo XV y los primeros años del siglo XVI, es decir, en pleno Renacimiento.

Está acogido por baldaquino cupulado del siglo XVIII, caracterizado por sus columnas salomónicas decoradas con vides y zarcillos.

En todo caso, Isabel la Católica no pudo ser la que entregó el Cristo a las dominicas de Aldeanueva, ya que el convento se fundó en 1506, dos años después de su muerte.

Y en señal de maravilloso prodigio, el Santo Cristo, que hasta aquel momento había tenido la boca cerrada, quedó con ella entreabierta.