Colocada sobre el Retablo Gótico-Flamenco del Altar Mayor, permaneció sobre tafetán rojo hasta mediados del siglo XVIII cuando se construye el Gran Retablo Barroco de Estípites.
Sin embargo, esta posibilidad es totalmente descartable de acuerdo a las últimas investigaciones.
La policromía está realizada con tintes vegetales, al estilo tarasco.
[7] El paso del tiempo, las inclemencias climáticas y la manipulación que sufre la imagen cada año con las bajadas y subidas de su Altar Mayor habían producido en los últimos tiempos graves desperfectos en la escultura, lo que ponía en serio peligro la integridad de la misma.
A ello contribuye su aspecto acartonado (ya que la escultura cristológica está hueca en el interior), así como las gotas de sangre que recorren el cuerpo.
La primitiva cruz del Santo Cristo fue sustituida en el siglo XVII por la actual de tea del país, a la que está sujeto el Santo Cristo mediante tres clavos de plata.
Esto es debido a la gran veneración existente entre los católicos canarios por estas tres imágenes cristológicas.
[15] El Cristo tiene una cruz de plata, con la que habitualmente permanece en el altar mayor y cuando son sus fiestas.
Los fieles pasan por el pie de la cruz muchos objetos religiosos, y el último día del novenario a puerta cerrada se le baja del trono procesional y se le vuelve a introducir en el llamado trono móvil hasta la subida al altar.
Durante su trayecto, el Cristo se hospedó en varios sitios haciendo paradas puntuales y descansos graduales.