[2] Con las tropas huidas hacia España, ante la pasividad del general Juan Carrafa de la Rocella, comandante de las tropas expedicionarias españolas,[3] pasó a Galicia y unido a los cazadores de Barbastro se incorporó al Ejército de Galicia organizado por el brigadier Joaquín Blake.[5] Pero antes de ser detenido logró fugarse a Gibraltar donde permaneció hasta que, descomponiéndose el sistema liberal, se incorporó a un batallón de la Guardia Real creado en Andalucía y, restaurado el absolutismo, fue ascendido sucesivamente a teniente y capitán de la Guardia Real en 1824.[6] Durante la Década Ominosa, disuelta la guardia valona e integrada en la Guardia Real, ascendió hasta el grado de teniente coronel del primer regimiento, reconociéndosele además el grado de coronel de infantería.Pasó luego con la misma compañía de quinientos granaderos y veintisiete jinetes a Aragón, donde en diciembre se enfrentó en Calanda al barón de Hervés, situado al frente de una fuerza carlista superior en número, derrotándolo y haciéndolo prisionero.[7] En febrero de 1835 cayó gravemente enfermo, lo que le obligó a abandonar el servicio de armas, retirándose a San Roque para convalecer de su enfermedad.