La crioglobulinemia[1] es una enfermedad en la que la sangre contiene una gran cantidad de proteínas llamadas crioglobulinas, capaces de acumularse y hacerse insolubles a bajas temperaturas.
[2] La de tipo I es la que con mayor frecuencia se encuentra en los pacientes con trastornos linfoproliferativos como mieloma múltiple o macroglobulinemia de Waldenström.
Se ha propuesto una variante de tipo II-III basada en las que están compuestas por IgM oligloclonal con trazas de Ig policlonales.
[4] Estas proteínas pueden estar presentes en pacientes con infecciones por micoplasmas, infecciones neumocócicas, mieloma múltiple, ciertas leucemias, macroglobulinemias y enfermedades autoinmunitarias como la artritis reumatoide y el lupus.
El diagnóstico se basa en el examen clínico y en una serie de exámenes entre los que se destacan: El tratamiento consiste en tratar la causa subyacente, además de utilizar corticoides y plasmaféresis en casos más graves.