[6] Sin embargo, tanto Ben-Uliel como el menor y otros dos colonos judíos fueron absueltos del cargo de pertenencia a una organización terrorista.
[7][8] Rabbis for Human Rights, una organización israelí por los derechos humanos, ha denunciado que el gobierno mantiene sus planes para legalizar este asentamiento, incluso después de haber sido robado a sus legítimos propietarios palestinos mediante amenazas y actos violentos.
[8] También durante ese mes, los asesinos realizaron incursiones de reconocimiento en el pueblo de Duma y en la vecina Majdal Bani Fadil, acordando atacar en primer lugar Duma y, si les era posible, atacar también el segundo poblado.
[11] Al descubrir que la primera casa estaba vacía, los atacantes se dirigieron a una segunda, donde el bebé de 18 meses Ali Sa'ad Dawabsheh murió quemado vivo.
[14][15][16] El ejército israelí confirmó que los atacantes rompieron las ventanas antes de arrojar los cócteles molotov.
"[9] En la acusación presentada contra el único imputado, Amiram Ben-Uliel, se afirma que este escogió una casa del centro para causar un mayor efecto de miedo y desprotección.
[9][16] Otro testigo, Ali Raqi, corroboró la presencia de dos personas junto a los cuerpos ardiendo en el suelo.
Una versión distinta informaba de que Ahmad había sido rescatado por su vecino Ibrahim Dawabsheh.
[20] Un testigo de los hechos relató que “Llegué cinco minutos después del ataque.
[11] Cuando los bomberos palestinos llegaron desde la aldea de Burin, 40 minutos después, solo pudieron recuperar su cadáver.
[9][21] Como Sa'ad no podía sentarse, decidieron retirar los respaldos de los asientos traseros y acostarlo entre el maletero y estos, mientras que Reham fue tumbada en estos mismos asientos traseros.
[9] Ahmad, que consiguió sobrevivir tras sufrir graves quemaduras en el 60% de su cuerpo,[5][19] fue trasladado en un coche distinto.
[9][17] Mamun Dawabsheh, el dueño de la vivienda que fue quemada estando vacía, había pasado la noche con su mujer y sus cinco hijos en la vecina Nablus.
[9] Desde el primer momento, los investigadores israelíes y los observadores internacionales sospecharon que los perpetradores del ataque eran extremistas judíos.
Este manual proporciona detalles sobre cómo prender fuego a mezquitas, iglesias y casas palestinas.
[2][5][21] Este último es el lema del ala mesiánica de la organización judía jasídica Jabad-Lubavitch.
[10][28] Posteriormente, Yalón aclaró que las fuerzas de seguridad solo tenían una “idea general” de quién era el responsable ataque mortal, pidiendo a los periodistas que fuesen pacientes y observasen el devenir del caso".
[32] Por su parte, Chaim Levinson, analista del diario israelí Haaretz, afirmó que este énfasis en la hipotética tortura de los acusados tenía un doble finː cuestionar la legitimidad de las posibles confesiones realizadas por estos y desacreditar al Shin Bet para futuras actuaciones contra terroristas judíos.
[35] Cuatro días después, el 15 de diciembre, y a pesar de reconocer que el ataque era "claramente judío" y que las autoridades israelíes sabían "quién es responsable" de él, Moshé Yalón reiteró que no "hay suficientes pruebas" para detener o enjuiciar a los sospechosos.
[7][39] El móvil, según afirmaba la acusación, era la venganza por el asesinato del joven israelí Malachi Rosenfeld supuestamente a manos de palestinos en los alrededores de Duma en torno a un mes antes.
El propósito final era ocasionar la caída de la democracia israelí para generar un estado gobernado por un rey judío según la ley de la Halajá, expulsando del país a todos aquellos que no sean judíos.
La policía israelí se abstuvo de intervenir, argumentando que "no era una revuelta violenta".
El propio hijo de Benjamin Netanyahu, Yair, colaboró económicamente y dio publicidad a la colecta.
"[49] La Unión Europea exigió "tolerancia cero" con la violencia de los colonos, mientras que el enviado de la ONU, Nikolay Mladenov, se mostró escandalizado por la noticia y declaróː "no debemos permitir que estos actos generen el odio y la violencia que traigan consigo más tragedias personales y entierren el proceso de paz.
[16] La ONG pro-derechos humanos israelí B'tselem apuntó que todas las condenas realizadas por políticos israelíes quedarían en mera retórica vacía si se permitía que este tipo de ataques continuasen,[50] recordando que en los tres años precedentes nada menos que nueve casas palestinas habían sufrido ataques con bombas incendiarias y un taxi había sido atacado con un cóctel molotov, causando quemaduras críticas a sus ocupantes; todavía nadie ha sido acusado de dichos ataques, y en muchos casos la policía israelí ni siquiera los ha investigado.
[58] Los palestinos respondieron a los asesinatos con importantes marchas de protesta que acabaron en confrontaciones violentas con las fuerzas israelíes.
[62] En diciembre de 2015, la policía israelí abrió una investigación sobre el vídeo de una boda judía en Jerusalén en la que se casaba un extremista judío conocido por haber participado en ataques de represalia ("price tag"), y en la que los invitados fueron filmados acuchillando una foto del bebé Ali Dawabsheh, que había muerto quemado vivo en el ataque a Duma.
El novio había sido previamente arrestado e investigado por sus conexiones con los actos violentos de colonos judíos.