Credo quia absurdum

Credo quia absurdum es una frase latina que significa "Creo porque es absurdo".

Es una paráfrasis de una sentencia en la obra del apologeta del siglo II Tertuliano en De Carne Christi, "prorsus est credibile, quia ineptum est", que se puede traducir por: "se cree precisamente, porque es absurdo",[1]​ según la cual, los dogmas de la religión cristiana deben apoyarse con una convicción tanto mayor cuanto menos racionalmente comprensibles sean, por la razón de que no habrían sido inventados si fueran realmente tan increíbles para la mente humana.

"[3]​ San Agustín utiliza una fórmula parecida, credo ut intelligam, traducida por "creo para entender".

También se ha utilizado, aunque a menudo con diferentes interpretaciones, por algunos existencialistas.

Kierkegaard en su obra de 1843, Temor y temblor argumentó que la fe era una paradoja, un escándalo.