Credencialismo
Considera que junto al trabajo productivo existe el trabajo político, que consiste en la formación de alianzas sociales para influir en la percepción de determinados empleos.[1] Los teóricos credencialistas señalan que los empleos más cotizados se encuentran dentro del grupo de graduados o profesionales especializados, certificados en un determinado nivel de estudios (Collins, 1979).Junto a los estudios sobre el Capital Humano tendríamos que abordar el Capital Social, desarrollado por Bourdieu (1986),[2] según el conjunto de redes sociales son fundamentales para acceder a los mejores puestos del mercado de trabajo.La función productiva de la educación puede sintetizarse en las siguientes propuestas: Se pueden identificar dos tipos de credencialismo, el credencialismo fuerte, vinculado a Collins (1979) y el credencialismo débil, vinculado a Lester Thurow (1986),[4] En la actualidad, el periodo de escolarización es más largo, ya que se interpreta la formación inicial como una base para las capacidades de autoconstrucción personal.[7] Desde un punto de vista satírico, el habla común se burla del credencialismo con denominaciones como inflación de títulos en francés o titulitis en español.