Crantor de Cilicia

Demostró su humildad y sencillez cuando, habiendo enfermado, se retiró al templo de Asclepio, en el cual recibió a diversos discípulos que le pidieron que formara una escuela aparte.Era esa modestia y sencillez lo que admiraba más en Polemón, así como en sus poetas preferidos, Homero y Eurípides, a los que consideraba libres de toda afectación.Se preocupó esencialmente de la ética, materia en la que se le tuvo en el mundo antiguo como una de las principales autoridades, como cuenta Horacio: Distribuye los bienes en cuatro tipos: virtud, salud corporal, deleite y riqueza.Esta obra fue muy estimada en el mundo antiguo, según el testimonio de Diógenes Laercio.Lo que queda de sus Fragmentos se encuentra recogido por F. Kayser (Leipzig, 1841).