La crátera de cáliz está compuesta por un pie y un cuerpo.[1] La producción de la crátera de cáliz se inicia en el siglo VI a. C. en Atenas, posiblemente por obra del taller del pintor y ceramista ateniense Exequias.Fue fabricada por los talleres del Ática a lo largo de unos dos siglos, hasta finales del siglo IV a. C., cuando la producción de cerámica figurada en esta región llega a su fin.Este empleo de la crátera parece haber sido practicado hasta la época helenística.A este uso parecen haber sido dedicados los pocos ejemplares conocidos de cráteras decoradas con la técnica de fondo blanco, la cual, debido a su escasez y fragilidad, confiere una dimensión preciosa al objeto que quizás pretendía reflejar y realzar el estatus social del difunto.