A fines del siglo XIX se publica el libro Michoacán; paisajes, tradiciones y leyendas del licenciado Eduardo Ruiz, en el que por equivocación de su autor se dice que Coyuca fue la capital de un señorío o reino tarasco.
Dicen estas obras que efectivamente los tres reyes tarascos Tangaxoan, Hiripan e Hiquíngari gobernarían tres reinos por orden de Tariácuri, en Tzintzuntzan, Ihuatzio (o Cuyacan) y Pátzcuaro respectivamente, en la orilla este del lago de Pátzcuaro.
Fray Juan Bautista, en cierta ocasión, plantó su viejo bastón a la entrada del templo de Coyuca y ahí quedó, y a las pocas horas se había transformado en un gran árbol de parota.
Diego Álvarez no aceptó que Coyuca fuera cabecera del Distrito de Mina.
Ante eso se retrasó su nombramiento oficial durante más de 20 años, pues en 1883 Tlalchapa seguía siendo la cabecera de ese Distrito según México Pintoresco, Artístico y Monumental del ingeniero Manuel Rivera Cambas.
Las toqueres guerrerenses son una especie de tortillas martajadas que se consumen con salsa y queso fresco.
El aporreado es un platillo típico de Guerrero y Michoacán; este guiso se cocina con cecina seca, se orea la cecina durante algunos días antes, a la luz del Sol.