Los planes eran enviar los siguientes vuelos con tripulación si la Cosmos 140 hacía una misión completa y sin fallos.
Una vez en órbita la nave empezó a tener problemas con el control de actitud debido a un sensor estelar defectuoso, resultando en un consumo excesivo de propelente.
Las baterías de la Soyuz se descargaron al no poder mantener la posición adecuada para iluminar los paneles solares.
También se descubrió que en el escudo térmico se había formado un agujero de unos 3 cm debido a la brusquedad de la reentrada.
A pesar de todos los problemas los ingenieros consideraron que la misión había sido lo suficientemente exitosa como para que las siguientes dos misiones fuesen tripuladas e intentasen un encuentro espacial y acoplamiento con transferencia de tripulaciones.