El cortacésped fue inventado en 1830 por Edwin Beard Budding de Stroud, Gloucestershire, Inglaterra.
Sin la patente, Budding y Ferrabee fueron lo suficientemente astutos como para permitir que otras empresas construyeran copias de su cortacésped bajo licencia, siendo la más exitosa Ransomes de Ipswich, que comenzó a fabricar cortacéspedes ya en 1832.
Esto condujo a la codificación de las reglas modernas para muchos deportes, incluyendo para fútbol, bolos, tenis y otros.
[9] Hicieron falta diez años más y más innovaciones para crear una máquina que pudiera ser arrastrada por animales, y sesenta años antes de que se construyera un cortacésped a vapor.
James Sumner, de Lancashire, patentó el primer cortacésped con impulsado por vapor en 1893.
Eran máquinas pesadas que tardaban varias horas en calentarse hasta alcanzar la presión de funcionamiento.
Tras numerosos avances, estas máquinas fueron vendidas por la Stott Fertilizer and Insecticide Company de Mánchester y Sumner.
Hacia 1900, una de las máquinas inglesas más conocidas era el Ransomes Autómata, disponible en modelos accionados por cadena o por engranajes.
En Estados Unidos, los cortacéspedes de gasolina fueron fabricados por primera vez en 1914 por Ideal Power Mower Co.
Ideal Power Mower también introdujo el primer tractor de césped autopropulsado del mundo en 1922, conocido como "Triplex".
Son máquinas ligeras pero su inconveniente es la necesidad de repasar varias veces el terreno.
Los más usuales se conectan a la red mediante una conexión de cable, siendo este un problema al efectuar los giros.
Asimismo resulta peligroso si la cuchilla llega a tocar accidentalmente el cable.
Funcionan mediante sensores e incluso llegar a realizar pasadas de manera lineal, progresiva y ordenada.
En acción, es casi como ver un Roomba corriendo alrededor de su césped, ordenando las cosas.
Sin embargo, cuando se trata de lo que hay dentro (mecanismo), las cosas no podrían ser más diferentes.
El otro extremo del cable termina en la estación base y está conectado al segundo terminal.
[16] La gran mayoría de estas lesiones se pueden prevenir usando calzado protector al cortar el césped.
[23] Los cortacéspedes pueden crear contaminación acústica,[24][25] y podría causar pérdida de audición si se usa sin protección auditiva durante períodos prolongados.