Corralito

[2]​ El objetivo que se perseguía con estas restricciones era evitar la salida de dinero del sistema bancario, intentando evitar así una ola de pánico bancario y el colapso del sistema.El corralito desencadenó pocos días después la llamada crisis de 2001 que llevó a la renuncia del propio Cavallo, del presidente Fernando De la Rúa, y a una situación de disolución e inestabilidad social y política que se extendería durante varios años.[3]​ En 2001 el periodista económico Antonio Laje, en su columna económica del programa Después de hora de Daniel Hadad, utilizó el término para referirse a la medida gubernamental.Pocos meses después el programa de Gobierno reveló resultados insuficientes, sumado a que la disminución de salarios agudizaban el cuadro recesivo en el mercado interno.Dichos depósitos son considerados intangibles Artículo 2°: La intangibilidad establecida en el artículo 1º consiste en: el Estado nacional en ningún caso, podrá alterar las condiciones pactadas entre el/los depositantes y la entidad financiera, esto significa la prohibición de canjearlos por títulos de la deuda pública nacional, u otro activo del Estado nacional, ni prorrogar el pago de los mismos, ni alterar las tasas pactadas, ni la moneda de origen, ni reestructurar los vencimientos, los que operarán en las fechas establecidas entre las partes.Pero la profundidad de la crisis hizo que todos los indicadores cayeran bruscamente en el segundo semestre.Considerando a los subocupados, la cifra llegaban al 34,6 % de la población activa.Los comercios que aceptaban tarjetas de débito eran pocos, y la elevada alícuota del IVA (21 %) hacía más atractivo el comercio "en negro" que esperar a fin de mes para recuperar un 3 o 5 % del impuesto.La tensión social se incrementó con la medida, que resultó ser sumamente impopular para los ciudadanos, sobre todo los pertenecientes a la clase media.Pero como Rodríguez Saá tampoco quiso abandonar la convertibilidad y hacer recaer el costo sobre las personas de clase media y baja de Argentina, fue obligado a dimitir rápidamente.Entretanto, daba inicio una inusual corrida bancaria hacia el vecino Uruguay.La diferencia fue reconocida por el Gobierno nacional con un bono que se le entregó a los bancos para compensar dicha “asimetría”.
El presidente Fernando de la Rúa (izquierda), y su ministro de Economía Domingo Cavallo (derecha), noviembre de 2001.
Corralito tradicional.
López Murphy anuncia un ajuste del gasto público por 2000 millones de dólares que incluía un recorte del 5 % a las universidades públicas.
Una manifestante golpea con un plato la protección metálica del frente de una sucursal bancaria durante una protesta de ahorristas.