En 1925 está entre los firmantes del Manifesto degli intellettuali antifascisti, impulsado por Benedetto Croce.
Preocupado por los problemas sociales, en sus obras L'uomo è forte (1938) e I maestri del diluvio (1935) describirá la sociedad rusa tras la Revolución de Octubre.
Con la ocupación alemana se refugia en Chieti, bajo el nombre falso de Guido Giorgi.
Esos manuscritos están en la Fundación Corrado Alvaro que tiene su sede en San Luca.
Está sepultado en el pequeño cementerio de Vallerano (Viterbo), donde adquirió una gran casa en medio del campo.