Por su uso religioso era conocido como iztacteteo, esto es, "dios blanco", por el color del humo que despedía.
[7] Se han encontrado también, hallazgos arqueológicos en el Templo Mayor consistentes en figuras antropomorfas realizadas en copal, así como diversos artefactos, esferas, cilindros y conos hechos de este material.
Aún en épocas modernas su uso terapéutico está registrado entre comunidades indígenas contemporáneas, quienes usan diferentes copales para padecimientos tales como el dolor de estómago, dolor de muelas, estrangulación del útero, quemaduras, calentura y problemas respiratorios.
Las más utilizadas son las siguientes:[17] En la actualidad, la técnica para extraer la resina varía según el producto que se desee obtener.
En cambio, el copal blanco o santo se extrae de forma muy similar a como se hace con el hule y el chicle: mediante cortes diagonales a lo largo del tronco o rama del árbol, de tal manera que caiga, y se recolecta generalmente en una penca de maguey colocada bajo la última incisión.