Al no haber sede fija, todos los partidos fueron de ida y vuelta.
El torneo se jugó en partidos de ida y vuelta en todos los países afiliados a la CONMEBOL.
El equipo que obtuviese más puntos, pasaba directo a la final.
Y si en caso ambas selecciones terminaban igualadas con la misma cantidad de puntos y con la misma diferencia de gol, se realizaría un sorteo para determinar al finalista.
Al final, Uruguay clasificaba a la semifinal por finalizar primero en su grupo.
El Grupo B estuvo formado por Argentina, Brasil y Ecuador.
Al final, Brasil clasificaba a la semifinal por finalizar primero en su grupo y por tener mejor diferencia de gol.
En el quinto partido, Colombia y Bolivia empatarían 2 a 2 en Bogotá.
En el segundo partido, Uruguay y Perú empatarían 1 a 1 en Montevideo.
En el segundo partido, Brasil y Uruguay empatarían 1 a 1 en Salvador de Bahía.
Debido a que Uruguay tenía más puntos que Brasil se consagró campeón en Brasil y daba su segunda vuelta olímpica en ese país (después del Maracanazo).
En primera posición se coloca a la selección que ejerció la localía en el partido de vuelta.
Los máximos goleadores del campeonato lograron 3 tantos y fueron el uruguayo Carlos Aguilera, el argentino Jorge Burruchaga, el brasileño Roberto Dinamite y el peruano Eduardo Malásquez,[1][4][5][6][7] si bien, hay fuentes que atribuyen a este último sólo 2 goles.