Convento de las Dueñas (Salamanca)

Autorizada la donación a finales del año 1419, pronto fueron habitadas por religiosas dominicas las dependencias del palacio mudéjar de fines del siglo XIV, de las que se conservan algunos restos, como un arco de herradura apuntado en el claustro superior, en ladrillo, con chambrana y en las enjutas azulejos negros y verdes entre piezas blancas.

En el exterior de la iglesia, de gran sobriedad, destaca la portada plateresca, con un primer orden apilastrado doble que apoya en ménsulas y encierra la puerta, en arco de medio punto.

Entre las pilastras, ménsulas y doseletes para alojar estatuas.

En el segundo cuerpo, ornamentadas columnas escoltan un nicho, donde se encuentran una imagen de la Virgen, además de las de san Francisco y Santo Domingo de Guzmán, atribuidas por algunos autores a Luis Salvador Carmona[cita requerida].

Pero, indudablemente, el interés de todo el convento se centra en el magnífico claustro, edificado en 1533, que tuvo que adecuar su planta a la disposición de las primitivas dependencias, por lo que desarrolló una singular planta pentagonal irregular, del que el lado menor es de dos arcos, mientras que los otros alcanzan seis o siete arcos.

Aspecto del claustro plateresco
Aspecto del claustro plateresco